La Universidad Autónoma de Chile, sede Temuco ha mantenido durante varios años un jardín infantil ubicado en calle Porvenir 755, en donde actualmente se encuentran matriculados 124 párvulos, los que están distribuidos en 4 niveles: sala cuna, sala cuna mayor, medio menor y medio mayor. Dentro de los párvulos se encuentran hijos de alumnos de la universidad, hijos de funcionarios de la misma casa de estudios y niños de la comuna.
El 18 y 19 de noviembre se les cita a una reunión de carácter obligatorio a las familias, en donde se les informa que la universidad ha dado término al convenio de funcionamiento del jardín infantil con transferencia de recursos, suscrito entre la Universidad Autónoma de Chile sede Temuco y Junji Araucanía y por ello, los niños sólo podrían mantenerse en el jardín hasta el día 30 de abril del 2025.
Esta información impactó a las familias involucradas, puesto que al momento de matricular a sus hijos jamás se les hizo mención siquiera de esta posibilidad, por ende no sabían que el convenio entre la Universidad Autónoma de Chile y Junji se podía dar por terminado durante el año 2024. Actualmente todos los niños están evaluados sobre el 80% de rendimiento, lo que significa que el nivel educativo en este jardín es muy alto. Sumado a eso, el cariño de su directora, de sus educadoras y las tías asistentes se nota, los niños aquí son tremendamente felices, se quedan contentos cuando los padres los dejan en las mañanas y la misma alegría está en sus caritas cuando uno los retira, muchos de ellos no se quieren ir.
Ahora que han logrado posicionarse como un jardín de excelencia, le quitan la posibilidad a que los niños que actualmente se encuentran matriculados en este jardín terminen su proceso educativo como corresponde, no se piensa en los sentimientos de los niños, en sus afectos ni en las repercusiones que tendrá en la salud mental de ellos. Claramente la universidad autónoma está vulnerando a los niños y niñas de Temuco.
En el plazo de una semana aproximadamente estos padres tuvieron que buscar un jardín donde trasladar a sus pequeños, 32 de ellos egresan este año del último nivel, medio mayor, pero 90 familias aproximadamente son las que se ven afectados. Algunos aceptaron el traslado sin estar de acuerdo con la decisión de la universidad, simplemente porque son padres que trabajan y no pueden dejar a sus pequeños sin jardín, otros no quisieron ser trasladados y mantienen sus matrículas en este jardín, pensando que el jardín se transformará en un jardín particular, pero la universidad no ha dado información sobre el futuro de este lugar y según las consultas realizadas en el Ministerio de Educación no existe una solicitud de funcionamiento como particular. Por eso decimos que el futuro de este lugar es incierto.
Ante esta decisión tan abrupta para las familias y frente a tanta incertidumbre, algunos padres tomaron la iniciativa de investigar más sobre este tema, se organizaron para solicitar información a Junji Araucanía y ver si la decisión de la universidad podía ser revertida, para que los niños y niñas que tienen matricula vigente este 2024 y que aún no han terminado su proceso educativo, lo puedan hacer.
El 29 de noviembre este grupo de padres que lideran y representan a las familias afectadas, sostuvo una reunión en la oficina de Junji Temuco, donde estaba presente la directora regional Andrea Fernández Toledo y su equipo. En dicha reunión su directora manifestó que ellos como institución estaban dispuestos a mantener la subvención para los niños pero que todo dependía de la voluntad de la universidad.
Se les reclama por qué ellos, como una institución del estado, que debe velar por el bienestar integral de los niños y niñas en materia de educación parvularia, no estipularon dentro del convenio una cláusula que indicara que en el caso de que el privado diera término al convenio, debía respetar la trayectoria educativa de los niños y niñas que estuvieran matriculados en ese jardín para así cumplir con su misión y visión y que los pequeños no resultaran siendo las víctimas, entendiendo que los convenios vtf se vienen celebrando hace varios años y que Junji no es novato en este tema.
Ellos respondieron en dicha reunión que pensaron que la universidad actuaría de buena fe, una respuesta que es del todo inaceptable, que lejos de calmar a estas familias y entregarles consuelo les hizo sentir profunda decepción, al darse cuenta que realmente Junji no se haría cargo de este tremendo error. Lo que si se estipuló en el convenio fueron multas e intereses, lo que es referente a lo monetario, pero nada respecto al cuidado de los niños sobre trayectoria educativa. Al parecer, esto último no era lo importante.
Se solicitaron los documentos relativos a este convenio para así analizar las opciones que tenían estas familias, la abogada Roxana Saavedra que también estaba presente en esa reunión se comprometió a enviarlos. Al día de hoy, casi 1 mes de esa reunión Junji no ha puesto a nuestra disposición esos antecedentes, demostrando así el nulo interés por estos niños y niñas que en un par de meses más enfrentan el cierre del jardín infantil donde asisten.
También buscaron apoyo en la Superintendencia de Educación, manifestando que ellos no pueden interferir en este convenio con un privado y que mientras a los niños se les asegure la educación con un cupo en un jardín, cualquiera sea este, no hay una vulneración de derechos. La abogada Norka Silva además indicó que los cambios son parte de la vida y que hay que enfrentarlos y aceptarlos. Que decepción ver como las instituciones del estado pregonan misiones y visiones tan bonitas en sus páginas web que finalmente al momento de concretarlas, no existen. Son instituciones de papel. Aquí se cosifican a los niños, son cosas que simplemente se pueden cambiar de lugar sin pensar en sus emociones.
El día 3 de diciembre se envía un correo electrónico a Osvaldo Durán Vergara, secretario de la Fundación Jardines Infantiles Universidad Autónoma de Chile solicitándole una reunión la que se concreta el día viernes 06 de diciembre a las 11 horas en dependencias del jardín. En dicha reunión él fue enfático en manifestar que la decisión de la universidad ya estaba tomada y que no era revocable, que todo cambio trae un ruido y que hay que aceptar ese ruido, demostrando la poca empatía por las familias afectadas, el poco interés y el poco sentido de cuidado por los niños y niñas que están matriculados en su jardín, puesto que este lugar se llama “jardín universidad autónoma de chile”. Incluso, señaló que aún no se sabía que destino se le daría a ese lugar. Después del 30 de abril de 2025, podía ser un jardín infantil privado o incluso un centro de terapia ocupacional.
Los padres no pueden entender como una universidad que ha cumplido por años en su rol educativo en las diferentes etapas, como en la educación parvularia con jardín infantiles, en la educación primaria y secundaria en el Colegio George Chaytor y en la educación superior con la Universidad Autónoma de Chile, donde además forman a los futuros profesionales en áreas de la salud mental como psicólogos y terapeutas ocupacionales, y en las áreas de educación como profesores y educadoras de párvulos pueda tomar una decisión tan siniestra que lo único que hace es vulnerar a los niños y niñas y a las familias que confiaron en ellos. Se está vulnerando a niños entre 1 y 3 años, que no pueden defenderse, que simplemente tienen que aceptar que se les trate como una cosa que debe cambiar de lugar.
Aquí no hay entes responsables, por un lado, la universidad dice que ya cumplió con el convenio y que está en todo su derecho a darlo por terminado puesto que los 16 años pactados ya se cumplieron y por otro lado Junji indica que no puede obligar a la universidad a mantener el convenio. La única solución que se ofrece a estas familias es trasladarlos a otro jardín infantil para que los pequeños puedan terminar su trayectoria educativa.
¿Cómo afecta este traslado emocionalmente a los niños?
Sabemos que las bases de la salud mental se forman en la primera infancia. Es ahí donde cuidar a nuestros niños se vuelve crucial para tener adultos mentalmente sanos.
Los cambios afectan a los niños de distintas maneras, y cada uno tiene un proceso de adaptación único y delicado que se debe respetar.
En este caso, trasladar a nuestros pequeños a otra institución educacional a fines de abril no solo dificulta su adaptación, sino que representa un quiebre doloroso y abrupto para ellos.
Esta situación puede dañar gravemente su bienestar socioemocional, generándoles sentimientos de abandono, inseguridad e inestabilidad, e incluso llevarlos a experimentar ansiedad y depresión.
En este jardín los niños y niñas ya tienen sus afectos, sus lazos formados con sus tías, tienen a sus amigos, sus rutinas, su entorno. El jardín es su segundo lugar seguro, donde pasan la mayor parte del día. Dentro del universo de niños y niñas que se están vulnerando en sus derechos, se encuentran pequeños con trastorno del espectro autista, pequeños que han tenido complicaciones de salud y que sus tías han sido parte fundamental en su recuperación, una pequeña que se atiende en teletón, y así, un sinfín de realidades que a la universidad no le importan, es realmente brutal lo que están haciendo con los niños y niñas. No se piensa en los sentimientos de estos pequeños, en lo difícil que será para ellos volver a enfrentarse a una adaptación, de iniciar un nuevo proceso en un lugar distinto, con rutinas diferentes, con caras extrañas y donde los padres simplemente tienen que dejarlos y aceptar porque la Junji no supo resguardarlos y a la universidad autónoma no quiere darle a estos niños y niñas un buen término a su educación parvularia.
Algunos pequeños terminan su proceso educativo en diciembre de 2025, pero el jardín cierra sus puertas el 30 de abril del 2025, es decir, por 8 meses deben trasladarse a un nuevo jardín para terminar el nivel de medio mayor y al siguiente año deben nuevamente enfrentar un cambio para ingresar a prekínder.
La universidad autónoma en su página web señala que dentro de los propósitos está ampliar su posicionamiento como una universidad que aporta al desarrollo local, regional y nacional haciendo efectiva su vocación pública, y en sus compromisos fundamentales señala que “la universidad sustenta el valor de la libertad personal, el desarrollo individual y social a través de la educación y la cultura, e impulsa y fomenta el respeto de las personas, como seres libres e iguales en dignidad y derechos” y que la universidad “comparte el principio de que los bienes públicos pueden ser generados indistintamente por instituciones estatales y privadas”.
Claramente su comportamiento no es coherente con todo lo que pregonan, puesto que el cierre del jardín infantil vulnera los derechos de nuestros niños y niñas de Temuco, a ellos no se les ve como seres iguales en dignidad y derechos, son cosas que simplemente se pueden ubicar en otro lugar, afectando no solo a familias externas a la universidad sino también a hijos de sus estudiantes y funcionarios.
Este año 2024 la Universidad está en proceso de acreditación. Todo esto que está sucediendo con el jardín infantil demuestra que la universidad no está realizando acciones para relacionarse bien con su medio y que los valores sociales que dice tener están lejos de ser realidad.